Ser del Málaga CF es esto, tirar la toalla una jornada y a la siguiente volverte a ilusionar porque un chaval de la cantera le da por marcar un gol ‘maradoniano’ y con ello arrancar un empate en Canarias. La irrupción de Alejandro Calvo ha despertado el interés de una afición que seguro volverá a llenar La Rosaleda el próximo partido.

El viernes se enfrentarán dos históricos del fútbol español, de hecho será la primera vez que se vean las caras en La Rosaleda siendo equipos de la categoría de plata. El Málaga CF nunca ha perdido como local ante el Levante, siete victorias y dos empates son los números que respaldan a los blanquiazules, que quieren hacer bueno el punto de Las Palmas.

Un duelo mediterráneo que será vital para las pocas aspiraciones que le quedan a los boquerones de remontar la delicada situación que se vive en Martiricos. En caso de victoria, sumaría cuatro de seis puntos en partidos que lo normal hubiese sido salir con el casillero en blanco, lo que ayudaría a afrontar de mejor manera un calendario de rivales más directos.
Yo sigo pensando que el objetivo de la salvación no se va a conseguir ni por asomo, pero viene bien mantener un atisbo de ilusión y sobre todo no descender quedando dos meses y medio de competición, ya que eso significaría jugar partidos por mero trámite y caer al fútbol semi-profesional dando lástima, lo que un club histórico como el Málaga no se puede permitir.

La distancia con la salvación no ha aumentado tras el final de la pasada jornada, sigue siendo de diez puntos y, además, equipos como Oviedo o Sporting se han metido en la pomada. El cartucho se va acabando y todo hace entrever que el destino es el que es pero, si se va a caer, al menos que sea con dignidad.
Imagen principal: @MalagaCF.