La mala suerte se volvió a cebar con el Málaga, que compitió ante todo un Granada invicto en Los Cármenes.
Es cierto que las ocasiones más claras llegaron por parte de los locales, pero un casillesco Yañez salvó los muebles. Kameni estaría orgulloso del actual guardameta malaguista, capaz de hacer paradas heroicas y luego fallar en lo más inverosímil. Más de lo mismo.

Ayer erró un balón aéreo que sólo el palo evitó el gol nazarí. A esto hay que sumarle la cantidad de saques de puerta que terminaron fuera del terreno de juego, aspecto muy mejorable de Rubén.
La cruel derrota se gestó con una pérdida de Genaro en el medio del campo. Puedes perder contra estos equipos porque cuenten con mucho más talento, pero no puedes perder por un fallo propio y más en el minuto 90 cuando el trabajo estaba casi sentenciado. Más de lo mismo. El sevillano llegó al vestuario derrumbado según palabras de Pellicer, que quiso quitarle hierro al error en rueda de prensa.

Sin embargo, la mente debe estar ya puesta en el Racing de José Alberto López. La salvación depende de partidos como el del domingo en La Rosaleda, la verdadera liga del Málaga. Con la baja considerable de Febas, que deslumbró en Los Cármenes, los boquerones se enfrentan al partido con la etiqueta de «el más importante de su historia reciente», etiqueta que seguramente se vaya a usar y mucho de aquí a final de temporada.

Si el Málaga perdiese, la salvación se complicaría hasta un punto casi insalvable. Los datos de enfrentamientos previos entre estos dos históricos del fútbol español rebosan esperanza para los malaguistas, que en los últimos ocho encuentros frente a los santanderinos suman siete victorias y un empate, este último en la primera vuelta de la presente campaña.
El domingo el Málaga se cita con la historia, seguir con vida o poner pie y medio en el infierno de Primera Federación.
Imagen principal: @MalagaCF.