El Atlético no fue capaz de ganar ninguno de los dos encuentros frente al Lokomotiv y, por ello, el choque frente al Bayern de Múnich cobraba una gran trascendencia de cara a la clasificación a los octavos de final. El conjunto bávaro, que va aparte, ha sellado su pase como primero de grupo en tan solo 4 partidos. La apisonadora alemana sigue a lo suyo.
Fiabilidad y experimentos:
El Cholo, como no podía ser de otra manera, sacó su XI IDEAL, ese que cada vez se va volviendo más habitual en el transcurso de la temporada: el técnico argentino siempre ha jugado con un 4-4-2, pero desde hace un par de semanas introduce una variable táctica que le está dando muy buen resultado. Carrasco, el nuevo Carrasco que se exprime en ataque y en defensa, pasa a colocarse como doble lateral sin balón, dando lugar a un 5-3-2, y provocando la basculación de Mario Hermoso como tercer central para arroparse más atrás y salir en estampida en transiciones.
En el otro bando Flick, sin nada que jugarse, aprovechó para hacer experimentos y sorprendió con un 3-4-2-1 en el que Alaba se incrustó entre Süle y Lucas Hernández en la línea de centrales, Sarr y Arrey-Mbi en los carriles (que no funcionaron) y Musiala moviéndose a sus anchas por la mediapunta. De hecho, fue el único jugador del Bayern que encontró líneas de pase en campo contrario en la primera parte. El técnico alemán no quedó satisfecho con las pruebas y metió toda la dinamita en la última media hora para mantener su imbatibilidad.
El Atlético, dominio sin contundencia:
El cuadro rojiblanco fue tremendamente superior la primera hora de juego pero, como reconoció el Cholo al término del encuentro, les faltó contundencia para hacer el segundo y sentenciar el partido cuando más de cara lo tenían. Carrasco y Correa encaraban constantemente y dejaban a su par por los suelos desde el costado, pero no encontraban receptor del pase de la muerte para aniquilar; Koke y Saúl sostuvieron al equipo desde el centro; Llorente y Trippier se asociaban por la derecha y así llegó el gol, la única vez que el extremo consiguió conectar con el rematador; y Joao, como siempre, se mostró muy participativo y bajó a crear desde el centro constantemente. El nivel de juego fue muy alto y la losa de no sentenciar cuando se pudo se acabó pagando.
«Nos faltó contundencia, al final el 1-0 era un resultado muy corto»
Simeone en zona mixta después del encuentro
Los cambios del Bayern surtieron efecto:
El Bayern no regala nada y quería mantener su imbatibilidad. Flick metió toda la artillería la última media hora y la entrada de sus mejores hombres, sumado al cansancio del Atlético por el esfuerzo realizado, acabó ocasionando el empate. Müller apareció en tres cuartos, detectó bien los espacios, y acabó recibiendo dentro del área para provocar un penalti que él mismo se encargó de transformar para tirar por tierra todo el trabajo del Atlético durante todo el partido. Ahora los rojiblancos están obligados a puntuar en la última jornada en el duelo frente al Salzburgo en Austria si quieren meterse entre los 16 mejores equipos de Europa. A todo esto, el Salzburgo tiene la opción de clasificarse si consigue la victoria. Al Atlético, como marca su historia, le tocará sufrir hasta el final.