Los octavos de final ya están aquí, seguir adelante o volver a casa, la supervivencia frente a la muerte. Es hora de ganar y convencer.

La fase de grupos nos ha dejado decepciones de alto calibre como las eliminaciones de dos campeonas del mundo como Alemania y Uruguay, o de selecciones llamadas a sentarse en la mesa con las grandes y que han perdido una oportunidad de oro, como es el caso de Dinamarca, que ocupó la última plaza de un grupo a priori asequible para la actual semifinalista de la EURO 2020.

Entre los 16 mejores equipos del mundo vuelve a estar nuestra selección por segundo mundial consecutivo. España jugará ante Marruecos, un país vecino separado tan solo por unas cuantas millas mediterráneas.

El conjunto africano llega en un buen momento de forma regresando a la ronda de octavos por segunda vez en su historia desde que lo hiciese en México 86, su tope en una cita mundialista.

Junto a Países Bajos, Marruecos ha sido la única selección que no ha perdido ningún partido de la liguilla antes de los cruces, sumando 7 puntos en un grupo con la plata y el bronce de Rusia 2018, Croacia y Bélgica.

Con argumentos como Hakimi, En-Nesyri o Ziyech intentarán apear a una España que con un comienzo estelar en la fase de grupos, ha terminado dependiendo de otro resultado para pasar a la siguiente ronda, dejando serias dudas en la portería y en la parcela defensiva.

Para más inri, hay que remontarse a la final de 2010 para ver a España ganando un partido mundialista fuera de la fase de grupos.

La selección debe volver a enganchar a una afición dividida y a una prensa que parece que espera con ansia una eliminación temprana con tal de entonar el «os lo dije». Cambiemos de opinión a todos aquellos que no confían, toca ganar y convencer.
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