Prueba de fuego para el Barçelona en la lucha por el título de liga. El equipo de Setién visitaba un inédito Sánchez Pizjuán que acostumbra a ser una caldera de la que hoy el conjunto blaugrana se libraría. En el otro bando, el Sevilla de Lopetegui trataba de defender con uñas y dientes la tercera plaza en la apasionante lucha por el acceso a la Champions League. Partido grande que terminó decepcionando. 

La novedad en los onces estuvo protagonizada por el técnico cántabro, que dejó en el banquillo a Griezmann y apostó por la titularidad de Suárez y Braithwaite para acompañar a Messi en el ataque culé. Lopetegui presentó su once de gala, ambos conjuntos plasmados en su habitual 4-3-3.. El Barça arrancó mejor en el campo, muy eléctrico y mostrando su mejor versión de toque en campo contrario, mienras que el conjunto hispalense tenía problemas para sacar el balón de atrás. No obstante, el Sevilla tuvo la primera oportunidad con un disparo cruzado de Kounde en segunda jugada.

A pesar del claro dominio del Barça, la primera ocasión no llegó hasta el minuto 20 con unlibre directo de Messi que Kounde sacó de cabeza bajo palos. El Sevilla seguía sin ser capaz de superar la buena presión elevada del Barça, lo que hizo que Lopetegui aprovechase el nuevo “tiempo muerto” para reajustar la medular y retrasar a Oliver Torres y Jordán a posiciones más interiores para dirigir las operaciones de juego. Esta modificación hizo que las fuerzas se igualaran y que el Sevilla tuviera más balón. La primera parte apenas tuvo jugadas de gol y se marchó al descanso con el marcador inicial.

El conjunto hispalense volvió más fuerte con la entrada de Banega en detrimento de Oliver Torres, cambio con el que Lopetegui buscaba enlazar más con la línea ofensiva. El equipo de Lopetegui apretaba mientras el Barça replegaba. Ocampos ejecutó un trallazo escorado que Ter Stegen salvó. Eran los peores momentos del Barça, y ahora le tocaba mover ficha a Setién: Arthur entró por Braithwaite para tratar de recuperar el control en el centro del campo.

El Barça seguía nulo en tres cuartos y se le acababa el tiempo para evitar un pinchazo que le puede costar muy caro. El Sevilla se echó atrás en el último tramo y propició que el conjunto blaugrana ganara la presencia en campo contrario que había perdido. Setién puso toda la carne en el asador y dio entrada a Griezmann por Vidal para el último cuarto de hora decisivo en el que el Barça no inquietó el marco de Vaclik. El Barça se deja dos puntos en el Pizjuán que ponen el liderato al alcance del Madrid si consigue la victoria el domingo frente a la Real Sociedad.

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