España está fuera del Mundial. Lo hace después de caer a las primeras de cambio contra una selección que, en principio, era bastante inferior a nosotros. Y digo en principio porque sobre el campo se jugó a lo que Marruecos quiso en todo momento. Todo un golpe de realidad.

Posesión infinita del combinado español y juego directo por parte de los africanos. Así durante 120 minutos que se hicieron eternos. Tan solo dos disparos de España entre los tres palos en todo el partido. Ese dato resume bastante bien lo que fue el encuentro.

Se acabó esa utopía de que podíamos ganar el Mundial. En realidad sí podíamos, pero después esta eliminación queda claro que esta generación todavía no está preparada para jugar partidos de una presión tan grande como la que supone jugar una Copa del Mundo.

La gran mayoría de los convocados son aún muy jóvenes y necesitan aprender a base de derrotas antes de ganar títulos. Que lo harán. Porque son muy buenos. Curiosamente, el más joven de todos, Gavi, fue el mejor de la Roja frente a los marroquís. Curiosamente y para la sorpresa de casi todos, fue sustituido cuando se cumplió la hora de partido.

Pero el mayor drama se vivió en los penaltis, donde la Selección Española no fue capaz de anotar ni un solo lanzamiento desde los 11 metros. Tres penas máximas (a cual peor ejecutada) en las que Yassine Bounou se hizo gigante e impidió, dos de forma directa y una indirectamente, que el aficionado español celebrara ni tan siquiera un gol de penalti.

Sarabia, quien entró únicamente para lanzar uno de esos lanzamientos de penalti y que, paradójicamente, generó la mejor ocasión española de todo el partido en el último minuto, estrello su disparo al palo izquierdo del guardameta marroquí. Carlos Soler, por su parte, chutó flojo y a media altura. Y todo eso siendo un especialista, igual que Sarabia. Busquets, por último, decidió imitar e incluso, superar (en el mal sentido) a Soler, ejecutando su pena máxima sin apenas coger ‘carrerilla’ y prácticamente dándole un pase al portero, como si de un entrenamiento se tratase.

Sin embargo, el combinado africano tuvo otra predisposición completamente distinta a la española a la hora de afrontar la tanda de penaltis. Realmente ellos ya habían ganado. Llegar a penaltis contra España ya era un logro. Por eso chutaron sin presión y sin nada que perder. La única selección que podía perder algo era la nuestra. Y así fue.

Ahora toca hacer más autocrítica que nunca y ver los puntos en los que se puede mejorar (que no son pocos). En cuanto a Luis Enrique, está claro que la prensa estará esperándole con el cuchillo entre los dientes para echarle la culpa de absolutamente todo. Creo que si España tiene un bloque y un equipo para competir en el futuro y en próximos torneos es gracias a él.

Es un entrenador magnífico y eso está más que demostrado, por mucho que algunos intenten desacreditarle. Pero claro, la situación es la que es, España está eliminada en octavos de final del Mundial (como en Rusia) y no sé si se puede tildar de fracaso, pero lo que está claro es que es una gran decepción para todo el país, no solo por la derrota, sino por las formas. De vuelta a la realidad.
Imagen principal: @SEFutbol.